Este verano en la
playa vi que una persona, que estaba tendida cerca de mí, leía un libro con
inusitado interés. La curiosidad, que
nos lleva a querer saber que está leyendo al que tenemos al lado, mi hizo girar
la mirada y vi que se titulaba “La Noche de la Usina” de Eduardo Sacheri.
La semana pasada,
en una visita a la biblioteca municipal, revisando las novedades, me topé el libro. Y me acordé de la lectora
de la playa y del anuncio de la Lotería de Navidad de hace unos años que decía
que los números nos llaman. Yo pensé, los libros también. Es la segunda vez que
me sale al encuentro. Así que lo tomé
prestado.
Nos cuenta una
historia, al hilo del corralito argentino, sobre el uso desaprensivo de
información privilegiada por parte de unos tipos para lucrarse y aprovecharse
de la buena fe de los habitantes de un
pueblo que estaban reuniendo dinero para iniciar un proyecto industrial y la
venganza de que se toman éstos por la
estafa.
Dos días, en ratos libres, es lo que he tardado en
leerlo. Una pequeña obra de arte. El autor es argentino, está escrito en
argentino y usa toda la socarronería, epítetos, buen humor e inteligencia de aquellas
tierras.
Los diálogos vivos,
ingeniosos, la ironía genial. “La sigue
hacía allí sin poder quitar los ojos de sus curvas. Como ella camina delante,
Rodrigo puede darse un banquete de suposiciones. Y pensar que hay un idiota por
ahí que puede trocar estas suposiciones en certezas”. ¿Se puede ser más
fino?
El libro está
editado por Alfaguara y tiene el premio de Alfaguara de novela de 2.016.
En fin, no he
podido contenerme y escribírselo a los amigos del Blog. Lástima que se lee muy rápido, aunque, eso sí, sin
dejar de sonreír.
Juan González.
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