John Banville/Benjamín Black es un escritor
con doble identidad; una para escribir novela
de estilo libre y la otra para novela negra. En los dos es un maestro.
Quirke es un médico forense reconvertido a
detective en El Secreto de Christine.
Es un personaje creado por B.Black con una personalidad peculiar; hombre solitario, mujeriego, bebedor, que tiene contactos en la
policía y un concepto ético y legal muy particular, a la vez que dotado de un instinto
especial para seguir el hilo en casos
complejos.
Con estos mimbres alguien propuso a Benjamín
Black/John Banville que él podría resucitar al detective Phillips Marlowe, con
permiso de la familia de Raymond Chandler, ya que su estilo como escritor de
novela noir tenía ciertas semejanzas con el de Chandler; irónico, inteligente, digno. Coinciden ambos en sus culturas originarias Británico-Irlandesas, lo que da pie a que entre ambos exista una gran
complicidad, como si Chandler estuviera aún vivo y hubieran comentado la novela
antes de publicarla.
Y en
estas Philip Marlowe es resucitado en La Rubia de Ojos Negros. Detective
que recuerda al Quirke de B. Black y el argumento y los personajes a las novelas de R. Chandler - denuncia social, abusos de
poder, marginación e injusticias - con el toque personal B. Black, (cierto romanticismo, tintes melancólicos) además de una actualización de los ilícitos como
telón de fondo (tráfico de drogas en lugar de contrabando de whisky).
El resultado del experimento es soberbio, la
lectura deliciosa; confirma lo ya
sabido, que John Banville/Benjamín Black es uno de los mejores escritores
británicos actuales. Su prosa es amena y descriptiva, los diálogos son
brillantes, secos, cáusticos. No se que más se puede pedir, si al final, como
lector, también acabas enamorado, pensativo y añorante, como P. Marlowe, de La Rubia de Ojos Negros.
Juan Gonzalez
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