El post del lector

Ricardo Darín, protagonista de uno de estos relatos salvajes llenos de tensión y drama, se dice sorprendido de que la película levante carcajadas. Probablemente se trata de una técnica más de promoción. Las historias son absolutamente demoledoras, violentas, con frecuencia trágicas, decididamente salvajes, pero, al mismo tiempo, tarantínamente divertidas, graciosas y muy osadas. Esa combinación es el gran mérito del film. Una verdadera y espeluznante delicia.    

  

La película es en realidad una colección de cinco historias independientes (más el divertimento inicial) que tienen en común al director y guionista, Damián Szifrón, el tema - la venganza- y, hasta cierto punto, el planteamiento. Todas parten de una situación más o menos tensa: la aparición del culpable de la muerte del padre de la camarera, el pique entre dos conductores (una de mis favoritas), la grua que se lleva un coche aparcado, (Darín, siempre Darín), el padre que quiere salvar al hijo de la cárcel y la presencia de una ex amante del novio en la boda (absolutamente delirante hasta el final).

La actitud y la moral de los personajes es casi siempre detestable (es lo que hay), los desenlaces casi siempre previsibles (pero no importa) y el fondo de la película, a pesar del humor y la inteligencia de las historias, perturbador. Y si todo eso no basta, “Relatos salvajes” es la película más vista en Argentina en toda la historia y los argentinos no son cualquier cosa. 

Antonio Cortina