dimecres, 17 de desembre del 2014

A LLuís Domenech i Montaner


La historia de los pueblos es un sedimento de historias personales que  conforman las señas de identidad de un pueblo. Historiadores, políticos, médicos, arquitectos, poetas, músicos, y personas de toda índole a través de sus propias aportaciones van construyendo el paisaje identitario de una sociedad. Hoy este relato va en homenaje al singular arquitecto modernista LLUIS DOMENECH I MONTANER nacido en Barcelona en 1849 por su contribución al desarrollo del modernismo en Catalunya a finales del siglo XIX y principios del XX
Hace unos dias quedamos en Canet de Mar con el grupo de amigos de salidas culturales. Estaba previsto visitar el Museo de Lluis Domenech i Montaner.
Cualquier vecino de Barcelona no puede abstraerse del modernismo que impera en la ciudad con las obras arquitectónicas de Gaudi, Puig i Cadafalch y Domenech i Montaner. No hace falta ser experto en arte ni en arquitectura para disfrutar de la belleza de sus obras. La Sagrada Familia  la hemos visto crecer esbelta con sus polémicos contrastes, pero siempre dispuesta a ser contemplada  por sus múltiples detalles, como si cada vez que la observamos fuera la primera vez. A Gaudí se le descubre a simple vista  por la visibilidad de sus torres que se erigen hacia el cielo. La obra de Domenech i Montaner se la empieza a conocer  conforme uno va descubriendo  la ciudad y su historia. Quién no ha ido al Palau de la Música a un Recital de canciones, a un concierto de música y se ha quedado impresionado de la belleza de las ornamentaciones y estructuras que dan un aire mágico envolvente con el busto de Beetoveen, las columnas dóricas, los cúmulos, la Cabalgata de las Walquirias de Warner, el sauce, la figura de Josep Anselmo Clavé, los muros de cristal, esculturas, mosaicos, vitrales.   
En cuanto al Hospital de San Pablo también su otra obra maestra, quien no se  ha dejado llevar por el silencio de los jardines interiores y la belleza de las edificaciones con sus cúpulas, fachadas, esculturas y vidrieras con representación de elementos de la propia naturaleza.
En esta visita cultural íbamos a descubrir no solo la extensa obra de Lluis Domenech i Montaner sino lo más importante, la persona que hay detrás de ese gran personaje. Nos dirigimos al Museo de Domenech i Montaner ubicado en la riera de Canet en lo que fue su propio estudio y residencia familiar. Entramos en una pequeña sala, a la izquierda una figura de cartón y al fondo en la pared tres pantallas pequeñas. En la figura se proyectó la imagen viva de un hombre que nos dio la bienvenida. En las pantallas se proyectaron imágenes de su obra. Después la guía, una mujer rubia con intensa emoción nos mostró las diferentes estancias de la casa donde Lluis Domenech i Montaner pasaba largas temporadas y  la vida privada del personaje, sus aficiones, su trayectoria, su esposa, sus hijos, su intenso amor a su mujer, y sobre todo  su sensibilidad y amor a la naturaleza. A medida que describía el interior del personaje íbamos descubriendo la grandeza de su obra impregnada de elementos de la naturaleza a través de su lenguaje ornamental de cristaleras, cerámicas y mosaicos.

 José Molina Ayala

Els que vulgueu podeu completar la lectura d'aquest text amb el reportatge gràfic de la visita a càrrec de J.M.Cortina.